29 septiembre 2006

Esos que vienen en cayuco incluso a Villena

Diseñar una política de inmigración en un país como el nuestro no es una tarea sencilla. Ni lo es encontrar el punto de equilibrio para atender las demandas del mercado de trabajo, favorecer la integración, mantener el control de las fronteras. No hay soluciones mágicas ni rápidas.

Tras una regularización acertada y necesaria, acompañada de un incremento de la altura de las vallas en Ceuta y Melilla (previo desembolso de unos 30 millones de euros a Marruecos) y de más patrulleras en Canarias, el Gobierno pudo pensar que ya estaba todo arreglado y ahora se ha puesto nervioso al ver que siguen llegando inmigrantes de manera irregular. Han tocado a rebato ante la UE y varios países africanos, pensando ingenuamente que nos iban a sacar las castañas del fuego, y al final han decidido lanzar un mensaje de dureza y aumentar las repatriaciones, a ver si así los inmigrantes se asustan y dejan de venir.

Vano deseo. Después de diez años de experiencia, los distintos gobiernos españoles deberían saber que las vallas, las patrulleras, los aviones, los controles en fronteras terrestres y de aeropuertos pueden dificultar, desviar, reducir momentáneamente los flujos, pero no van a impedir las entradas irregulares. Ningún Estado desarrollado lo ha conseguido, por una sencilla razón: en la mayor parte de los países africanos las personas viven con un euro al día, algo más en Asia y un poco más en Latinoamérica y en algunos países del Este. Es una cuestión de supervivencia familiar en países donde la muerte prematura está siempre presente: mortalidad infantil, violencia urbana y rural, guerras más o menos abiertas, enfermedades endémicas. Por eso no tienen nada que perder y sí alguna posibilidad de ganar.

Esto no quiere decir que estemos ante un fenómeno intratable. Se trata de no dar bandazos, ni ponerse nerviosos por las encuestas; ir conjugando ofertas de empleo, inspección de trabajo, integración y control de fronteras; hacer pedagogía social ante los ciudadanos para evitar espejismos. Y, sobre todo, contribuir junto con los otros Estados ricos al paulatino desarrollo de los países de origen… ¡ah! y huir de la demagogia y el alarmismo.

Podemos convenir que Canarias está viviendo un flujo migratorio superior a la capacidad de sus infraestructuras. Pero Canarias, puerta de España y Europa, con una población de cerca de dos millones de almas queda empequeñecida ante lo que está viviendo la remota LampedusaGünther Bechstein, ministro bávaro del Interior, que recordó que no hace muchos años “Alemania tuvo que acoger a 448.000 refugiados”, en referencia a los huidos de Yugoslavia.

Más allá de las apreciaciones particulares lo cierto es que se producen dos extremos perjudiciales en el tratamiento europeo de la inmigración irregular: la insolidaridad entre los distintos Estados y la guerra política entre adversarioa políticos… con la carga demagógica que eso conlleva. No se extrañen de que este viernes Nicolas Sarkozy ministro y candidato de la derecha francesa se haya sacado de la manga un grandilocuente “decálogo”Ségoléne Royal que, sea dicho de paso, nació y se crió en Senegal cuando aún era colonia gala.

Por todo ello me alegro de contar en Villena con políticos de mayor conciencia y seriedad. A la hora de redactar el Plan de Integración de la Inmigración en Villena todos los partidos políticos realizaron continuas sugerencias y demostraron una acertada sensibilidad, lo que finalmente conllevó que fuera aprobado unánimemente en el Pleno Municipal, algo no muy frecuente y que he podido predicar por esos mundos de Dios, no sin cierta incredulidad de los asistentes.
italiana: unas 15.000 personas han llegado a su territorio, habitado por otras 400.000. Son cantidades relativas que, a alguno con el espíritu encallecido, le ha llevado a decir que “España no se hundirá por recibir a 25.000 inmigrantes”. Se trataba de contra la inmigración ilegal que, a los que sabemos algo de estas cosas, nos levanta una mueca al comprobar que lo propuesto ya se está aplicando en España. En definitiva se trata de un brindis electoral destinado a criticar a sus rivales políticos, ya sea el gobierno español o su adversaria socialista

28 septiembre 2006

Pintura de calidad para un certamen consolidado

En fechas pasadas este diario se hacía eco de la concesión de los premios del III concurso de pintura organizado por la mercantil Proisa; en esta ocasión recomendamos la acertada selección de obras que hasta el 15 de octubre se podrá visitar en el CAMV.

Proisa
, la promotora inmobiliaria de capital villenense que desde hace tres años organiza este certamen de pintura, decidió en la última convocatoria ampliar el importe de su segundo premio, 1.500 Euros frente a los 2.500 Euros del primero, y centrar la temática de las obras a presentar en la figuración de paisajes correspondientes a la provincias en las que la empresa desarrolla actividades: Alicante y Albacete.

El resultado de todo ello fue la concurrencia de más de medio centenar de obras, de las cuales se seleccionaron 22 y entre las que se encontraban las dos premiadas. El máximo galardón correspondió al ilicitano Antonio Agulló, que en su obra “En este momento” plasmó una inundación en la localidad de Almansa.

El cuadro ganador, en principio sencillo y directo, denota un estudiado planteamiento y acertada técnica. Agulló articula su obra en dos partes, quedando los tres cuartos inferiores cubiertos por una pátina grisacea que cede su lugar a una representación de elementos urbanos. Sin embargo éstos no están pintados sino recortados sobre la tintura, de manera que lo que vemos está silueteado sobre el agua figurada. La Almansa del pintor emerge así sobre el estanque surgido tras la tormenta, relacionando así técnica y tema elegido.

El jurado, conformado por Vicente Ferrero, catedrático de Bellas Artes, escultor y miembro del Consell Valenciano de Cultura; los pintores Isidro Gosalvez y Francisco García Beneyto; y los docentes Victoria Sánchez y Manuel Antolí, otorgó el segundo lugar a la obra “Madre de tormenta” de Estefanía Pantoja, vecina de Yecla. En este caso se trata de una pintura de carácter más figurista aunque coincidente con el primer premio en la representación de una atmósfera plomiza recargada de grises y cyan.

Exposición y calendario

La muestra de las 22 obras seleccionadas podrá ser visitada en los salones del Círculo Agrícola Mercantil Villenense (Corredera, 25) hasta el próximo 15 de octubre, siendo posible adquirir la totalidad de la obra expuesta, con excepción de las dos pinturas galardonadas. De igual manera se puede solicitar, cumplimentando el impreso que acompaña a los folletos anunciadores, el calendario “Proisa 2007” que reproduce doce de las obras seleccionadas y entre las que se encuentran diversas representaciones de Villena.

22 septiembre 2006

El día que Antonio Pastor tuvo razón


Me despedía antes de Fiestas pidiendo buena Retreta y que en caso de tener que pelearse lo hicieran con argumentos. Respecto a la noche del día 7 pues más bien ni fú ni fá, respecto a lo otro mejor no haber dicho nada. Eso por bocazas.

Si lo de las teles parece que amaina y lo del parking va para largo, lo de los árboles ha brotado sin aviso y en víspera festiva. En este pueblo, cuando menos te lo esperas, surge un nuevo partido político, con Manolón al frente, o una nueva escuadra especial con la sierra mecánica como estandarte.

Como ya sabrán, más que brotar, el asunto se vino abajo en el primer anochecer de septiembre cuando dos miembros del AMPA, sin que ésta lo supiera y creyéndose ambos con la justicia en la mano, talaron cuatro pinos veinteañeros frente el Colegio La Encarnación. Como si de un sainete se tratara, los taimados fueron pillados in fraganti por la policía, alegando primero que el Ayuntamiento estaba al corriente, añadiendo después que el Colegio lo sabía y buscando al director del mismo. No sé realmente lo que pasó, yo no estaba allí, pero lo que dice el informe policial es que en lo referido al cuarto árbol lograron “entre los tres que se desplomara”.

Conocen lo que pasó después: declaraciones a los medios de comunicación (que él no llamó) del Concejal de Medio Ambiente, denuncia del Director del Centro por considerarlo injurioso y rueda de prensa de Pastor mostrando el parte policial. Lío montado, declaraciones contradictorias, asunto en los juzgados, cuatro árboles en el suelo y la urbanización de aquella zona todavía por acordar entre partes enfrentadas. Otro pollo más… y cada uno a tomar parte.

Digo lo de tomar parte porque nos movemos en un ámbito viciado, el de la gresca continua y los foros agresivos. Aquí ya se han dado y quitado razones en función de color político y fama ganada. Seguramente todos portamos un sambenito que, al igual que el del Santo Oficio, es una muestra de pena impuesta y nada podemos hacer para quitárnoslo. El de Pastor es el de una estampa de azotador, comeniños y barbudo. No todos son ciertos. José Navarro, director del colegio, me cuentan que es afable, aplicado y abierto. Pero como sabemos, un mal día lo tiene cualquiera.

En mi opinión la dirección del Colegio ha hecho muy mal al no ofrecer una respuesta más rotunda ante el terrible ejemplo que han dado los miembros de su comunidad escolar. No sólo han cortado árboles, sino que han decidido violar la ley con el agravante de que su acción no es reversible. También desde mi punto de vista, Antonio Pastor sí hizo lo pertinente el día que para defenderse mostró el contenido del parte policial y dejó así justificadas sus declaraciones.

Sigo insistiendo en la idea de que la política es acuerdo y objetivo común, que la defenestrada solución política sería sentarse, hablar y acordar, y para todo ello chirría un elemento: el que está denunciado en el Juzgado no es el Ayuntamiento, tampoco es el Concejal de Medio Ambiente, es un individuo particular, Antonio Pastor, el que ha recibido la denuncia y por el que siento solidaridad.

Es por ello que en este lío hay demasiado de personal, cuando debería ser todo institucional. Ambas personas, José y Antonio, conforman las partes que tienen que solucionar la construcción de los accesos a las inmediaciones de la urbanización San Antón. Por ello, quieran o no, deben negociar y acordar. Deben volver a la política y no sólo verse en el Juzgado.

Por eso les hago llegar mi sugerencia: que el director retire esa denuncia, que el concejal rebaje sus declaraciones, que el colegio repruebe enérgicamente la actuación de algunos de sus miembros y que el consistorio se comprometa a acelerar en lo posible las obras. Y que todo ello se presente en una rueda de prensa conjunta. Sus alumnos tomarán por fin un buen ejemplo, los ciudadanos también.

NOTA: Sepan Vds. que milito en Los Verdes.