24 mayo 2007

El trabajo de José María Soler tiene continuadores

Jesús García Guardiola presentó su libro “Arqueología, patrimonio y paisaje: El Valle de los Alhorines” acompañado por el catedrático Mauro Hernández. La obra, un trabajo serio y meticuloso, viene a completar carencias en el conocimiento histórico de Villena.

Presentó el acto celebrado el viernes en la Casa del Festero la directora del Museo Arqueológico, Laura Hérnandez, quien destacó la máxima nota obtenida por Guardiola en la lectura de su tesina, lo que animó a revisarla e incluirla dentro de la colección “Vestigium”
que edita el Museo. Además detalló una acertada idea: la monografía incluye tanto el texto escrito como un cd-rom con más de 1.600 fichas arqueológicas que permiten el perfecto estudio de los especialistas pero no entorpecen la lectura de los aficionados.

Mauro Hernández, catedrático de arqueología e investigador que de manera sentida dijo encontrarse “bien recibido y bien estimado” en Villena, recordó tanto las características de nuestro término municipal, “arqueológicamente el más privilegiado de la Comunidad Valenciana”, como su valor de referente historiográfico “gracias al continuado trabajo de José María Soler”.

Hernández recordó la rigurosidad de Soler y su voluntad divulgadora, así como su labor al frente del Museo. Sin embargo señaló el problema que esto supone para aquellos que desean estudiar hoy en día el pasado de nuestra ciudad: encontrar un área que no haya sido abordada por Soler o, directamente, manejar información distinta a la conseguida por él parece imposible.

En su opinión las futuras investigaciones que recojan el legado de Soler deben interesarse por el conocimiento exhaustivo de un territorio adoptando, además, una perspectiva novedosa. Así el trabajo de García Guardiola ha recogido ambas premisas puesto que el libro presentado el viernes concierne a la zona de los Alhorines: un fértil valle, cruce de caminos entre el sureste y el interior del País Valenciano.

Por otro lado, señaló el catedrático, el estudio de ese territorio requiere de afición por el trabajo de campo y capacidad para hablar con la gente de la zona, además de una fuerte determinación en caso de no encontrar lo esperado, así como una sólida formación intelectual. Para Hernández el nuevo autor reúne todos estos requisitos, es más, en su opinión Guardiola ha logrado algo pionero en la Comunidad Valenciana: elaborar un estudio integral del territorio de manera que abarca el poblamiento desde el paleolítico hasta nuestros días. Por ello el arqueólogo no dudó en calificarlo de un “estudio modélico”.

Por su parte Jesús García Guardiola agradeció las palabras de Mauro adentrándose en una explicación somera del contenido del libro y su confección, que partió de largas prospecciones sistemáticas, así como del análisis de los fondos del Museo Arqueológico y la documentación de la Fundación José María Soler. Guardiola ha recogido información sobre los moradores de aquella zona desde los cazadores y recolectores del Paleolítico a los agricultores y ganaderos del Neolítico, así como la plena ocupación que se dio durante la Edad del Bronce, destacando yacimientos como el de la Herrada del Rocín o los cerros de la Escoba y el Cantalar.

Sin duda la gran novedad es la referida a la época ibérica, deficientemente investigada hasta el momento. Los nuevos hallazgos permiten aclarar que no hubo ruptura en el ocupación de las agrupaciones del Rodriguillo y el conocido como yacimiento “El infierno nº2”. Es más, la zona de los Alhorines sería posteriormente atravesada por la calzada romana conocida como Vía Augusta, de manera que encontraremos yacimientos de esa época, pero también almohades, islámicos y bajomedievales. Para el estudio de la Edad Moderna serán importantes los mojones todavía existentes, hitos que marcan los límites territoriales, tan discutidos como para dar lugar a pleitos entre Villena, Ontinyent y la Font de la Figuera.

El estudio de García Guardiola se adentra hasta el momento actual, constituyendo así una línea argumental continua que ha tenido oportuna publicación en el segundo número de la colección de monográficos “Vestigium” que, además, ha contado con la colaboración de la empresa Athenea.

07 mayo 2007

Entrañas: vísceras trasnochadas

Apuntaba buenos propósitos y yerra el tiro. “Entrañas”, la propuesta de Titzina Teatro que se representó el viernes en la Casa de Cultura, aborda un ambicioso propósito pero con un resultado bastante mediocre.

Resulta valiente, casi una inconsciencia, atreverse a estas alturas a representar y --más todavía-- escribir una nueva obra teatral cuyo fundamento es la guerra y el sufrimiento humano. Titzina Teatro se mete en el berenjenal y se propone hablar en el escenario sobre la guerra como hecho social que se repite a lo largo de la historia, sobre sus causas y su imparable desencadenamiento. Para ello la compañía viajó a Sarajevo y mantuvo contacto con refugiados del conflicto de Bosnia, al igual que en EE.UU. dialogó con veteranos de la guerra mundial.

No obstante, tan largo periplo se salda con una historia centrada en la Guerra Civil española
de manera que un viaje físico, pero también emocional, nos muestra cómo la herencia de un enfrentamiento entre vecinos y hermanos puede reaparecer setenta años después. La recuperación y mirada hacia atrás se escenifica de la mano de la protagonista del montaje, post-transición, cuando era necesario explicitar historias calladas durante tanto tiempo. Sole (Laia Martí), una joven embarazada que en la consulta médica se da cuenta de que no sabe nada de sus abuelos.

Martí lo hace muy bien y de manera convincente, no así sus dos compañeros sobre el escenario, Pako Merino y Diego Lorca, que, como fundadores de la compañía, se guardan interpretaciones variopintas a todas luces excesivas para tan pocos registros. Ambos coautores del texto, se han decidido por una suerte de escenificación de la recuperación de la “Memoria Histórica”, pero de una forma maniquea y simple que da argumentos a los partidarios del olvido y el carpetazo final.

Eso sí, el grupo se desenvuelve mucho mejor en los apartados técnicos: la breve escenografía es eficaz y los momentos más inspirados son aquellos en los que el ambiente onírico permite ráfagas de gran belleza estética. Sin embargo es de lo poco moderno que se pudo ver el viernes, todo lo demás --temática, tratamiento, personajes,…-- nos recuerda al teatro amateur

Realizar ese recorrido por el conflicto armado, cayendo una y otra vez en estereotipos geográficos e ideológicos (véase la dicotomía entre Cataluña y Castilla que se muestra), queda finalmente en un encadenamiento de tópicos que no requerían de tanta preparación como nos tratan de vender.

En suma, hay que lamentar el resultado final de esta propuesta, necesaria en estos momentos de revisionismo pero cuya realización consigue despertar una sonrisa condescendiente en los espectadores (escasísimos en la Casa de Cultura), no precisamente por el humor derrochado.

02 mayo 2007

Esta vez sí, Josele Santiago tocó en la Kakv

Los seguidores del cantante de “Los enemigos” pudieron degustar las agajadas composiciones de un autor que los dejó plantados unos meses atrás. La cafetería de la Casa de Cultura se llenó para este concierto del sábado.

Había ganas de ver a Josele y la entrada gratuita, junto a la hora -11 de la noche-, propició que no quedaran sillas libres para ver a una de las figuras imprescindibles del rock patrio durante dos décadas. En esta gira viene acompañado por un músico de lujo, Pablo Novoa, guitarrista gallego que fue presentado por el cantante como “su auténtico agente social”, no en vano aportaba el ritmo necesario para mantener el tono del concierto.

Josele Santiago posee un mundo interior y su manera de contarlo es hacer música, mostrarse a través de canciones sin importar lo que el público esté esperando o se sienta dispuesto a tolerar. Comunicar, desoyendo las leyes que rigen los caminos trillados de la música de consumo. Decir lo que no hay más remedio que decir, sin pactar previamente con el oyente.

Poco a poco su lenguaje a la hora de expresarse en música fue desarrollándose, creciendo y buscando nuevos límites sonoros que explorar. De este modo emprendió camino en solitario sin atenerse a ventaja alguna obtenida por su veteranía, ni querer repetirse en un solo riff. Con "Las golondrinas", etcétera…, su primer disco de esta nueva etapa profesional, Josele atesoró un enorme prestigio y una legión de incondicionales, haciéndose el hueco necesario para que podamos pensar que el rock nacional aún tiene redención y que la madurez también es un valor en el devenir de esta música concebida en sus inicios para hacer bailar a adolescentes.

Ahora, con su nuevo disco titulado “Garabatos”, Josele dota a su mundo de tranquilidad y color y da la bienvenida a todos aquellos con curiosidad suficiente para que pasen a ese mundo y se instalen con comodidad.