22 septiembre 2006

El día que Antonio Pastor tuvo razón


Me despedía antes de Fiestas pidiendo buena Retreta y que en caso de tener que pelearse lo hicieran con argumentos. Respecto a la noche del día 7 pues más bien ni fú ni fá, respecto a lo otro mejor no haber dicho nada. Eso por bocazas.

Si lo de las teles parece que amaina y lo del parking va para largo, lo de los árboles ha brotado sin aviso y en víspera festiva. En este pueblo, cuando menos te lo esperas, surge un nuevo partido político, con Manolón al frente, o una nueva escuadra especial con la sierra mecánica como estandarte.

Como ya sabrán, más que brotar, el asunto se vino abajo en el primer anochecer de septiembre cuando dos miembros del AMPA, sin que ésta lo supiera y creyéndose ambos con la justicia en la mano, talaron cuatro pinos veinteañeros frente el Colegio La Encarnación. Como si de un sainete se tratara, los taimados fueron pillados in fraganti por la policía, alegando primero que el Ayuntamiento estaba al corriente, añadiendo después que el Colegio lo sabía y buscando al director del mismo. No sé realmente lo que pasó, yo no estaba allí, pero lo que dice el informe policial es que en lo referido al cuarto árbol lograron “entre los tres que se desplomara”.

Conocen lo que pasó después: declaraciones a los medios de comunicación (que él no llamó) del Concejal de Medio Ambiente, denuncia del Director del Centro por considerarlo injurioso y rueda de prensa de Pastor mostrando el parte policial. Lío montado, declaraciones contradictorias, asunto en los juzgados, cuatro árboles en el suelo y la urbanización de aquella zona todavía por acordar entre partes enfrentadas. Otro pollo más… y cada uno a tomar parte.

Digo lo de tomar parte porque nos movemos en un ámbito viciado, el de la gresca continua y los foros agresivos. Aquí ya se han dado y quitado razones en función de color político y fama ganada. Seguramente todos portamos un sambenito que, al igual que el del Santo Oficio, es una muestra de pena impuesta y nada podemos hacer para quitárnoslo. El de Pastor es el de una estampa de azotador, comeniños y barbudo. No todos son ciertos. José Navarro, director del colegio, me cuentan que es afable, aplicado y abierto. Pero como sabemos, un mal día lo tiene cualquiera.

En mi opinión la dirección del Colegio ha hecho muy mal al no ofrecer una respuesta más rotunda ante el terrible ejemplo que han dado los miembros de su comunidad escolar. No sólo han cortado árboles, sino que han decidido violar la ley con el agravante de que su acción no es reversible. También desde mi punto de vista, Antonio Pastor sí hizo lo pertinente el día que para defenderse mostró el contenido del parte policial y dejó así justificadas sus declaraciones.

Sigo insistiendo en la idea de que la política es acuerdo y objetivo común, que la defenestrada solución política sería sentarse, hablar y acordar, y para todo ello chirría un elemento: el que está denunciado en el Juzgado no es el Ayuntamiento, tampoco es el Concejal de Medio Ambiente, es un individuo particular, Antonio Pastor, el que ha recibido la denuncia y por el que siento solidaridad.

Es por ello que en este lío hay demasiado de personal, cuando debería ser todo institucional. Ambas personas, José y Antonio, conforman las partes que tienen que solucionar la construcción de los accesos a las inmediaciones de la urbanización San Antón. Por ello, quieran o no, deben negociar y acordar. Deben volver a la política y no sólo verse en el Juzgado.

Por eso les hago llegar mi sugerencia: que el director retire esa denuncia, que el concejal rebaje sus declaraciones, que el colegio repruebe enérgicamente la actuación de algunos de sus miembros y que el consistorio se comprometa a acelerar en lo posible las obras. Y que todo ello se presente en una rueda de prensa conjunta. Sus alumnos tomarán por fin un buen ejemplo, los ciudadanos también.

NOTA: Sepan Vds. que milito en Los Verdes.

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