06 abril 2007

El ciclo sobre la Historia de Villena llega a su fin con un repaso sobre la situación agraria

María Hernández, profesora de análisis geográfico regional en la Universidad de Alicante, cerró con su charla el curso “Pasado y presente de Villena y su entorno”, un ciclo de charlas que ha interesado a buen número de asistentes y espera tener continuación.

La agricultura es una actividad económica de gran tradición en Villena, aunque de mermante importancia financiera y social, especialmente tras la industrialización de finales del siglo pasado. Así la interesante conferencia de María Hernández analizó la situación actual de las actividades agrarias, pero también abordó perspectivas de futuro para un sector que puede encontrar importantes oportunidades.

Comenzó la profesora refiriéndose a los condicionamientos físicos de nuestro entorno, en particular el relieve llano en los valles, que permite la mecanización de las tareas, y la alternancia de suelos calcáreos (permeables) y arcillosos, aquellos que retienen los caudales hídricos en superficie dando lugar a pasadas zonas inundadas, como era La Laguna. No olvidó la profesora señalar la gran importancia de los acuíferos, así como la estacionalidad de una climatología propicia para la trilogía mediterránea: cereales, vid y olivo.

Será la viticultura local, muy desarrollada tras la crisis de la filoxera francesa, la que capitalizará el avance agrícola de finales del siglo XIX. No obstante también será el comienzo de la sobreexplotación de los recursos naturales, en particular de los hídricos, de manera que ya no sólo no manarán las aguas caballeras, sino que la perforación de los pozos del Zaricejo
iniciarán una vía de alimentación de los cultivos del Medio Vinalopó y el Campo de Alicante, pero que esquilmará nuestras reservas.

Sin embargo el verdadero cambio social llegaría a partir de los años 50 y la generalización de la industria zapatera y afines. En la mitad del siglo pasado los activos de la agrícola sumaban un 50% de la economía local, mientras que hoy en día apenas superan el 3%. Además las extensiones de tierra en propiedad son, hoy por hoy, insuficientes para encontrar rentable su explotación: un 65% de las propiedades ocupan menos de 5 hectáreas, lo que impide su correcta explotación económica, viable a partir de las 15/20 ha.

Por otro lado los cultivos de regadío se han ido incrementando, especialmente en lo relacionado con horticultura y frutales (producciones de marcada orientación comercial), mientras que muchas tierras viven un proceso de abandono. En caso de optar por el secano muchas veces se eligen cultivos de los denominados de “agricultura parcial”, es decir, aquella realizada por trabajadores de otras profesiones y que aprovechan momentos libres para la atención al campo, en particular en el caso del olivar.

Mención especial recibió en la charla de la profesora Hernández la Política Agraria Comunitaria (PAC) . Las medidas de la Unión Europea, como el “pago único” de la producción, motivan la orientación de los cultivos, así como el abandono de labores de baja productividad o la ampliación de los objetivos de la agricultura, que ya no sólo se contempla como una actividad extractiva, sino que se incentivan los valores ligados a ella, como son la conservación del paisaje, el mantenimiento de flora y fauna o el desarrollo del turismo rural.

La ponente recordó algunas singularidades actuales del Alto Vinalopó, como ha sido la modernización y ampliación de los regadíos, situación distinta a otras comarcas que están viviendo un desarrollo económico no ligado a la explotación agrícola del territorio. También hubo mención al plan de embalsamiento de aguas que ha permitido a la Comunidad de Regantes contar con recursos que han pasado de los 20.000 m3 al más de 1,2 millones actuales.

Concluyó la charla con algunas consideraciones generales: la agricultura ocupa un 62% del territorio municipal pero su importancia económica es marginal, eso sí, se adivina un margen de importancia creciente en virtud a su relación con otras actividades económicas y consideraciones actuales como son la importancia paisajística, cultural y etnológica de nuestro campo. Aún así la profesora señaló algunas características de una posible política agraria viable, que pasaría por el fomento de producciones con importante valor añadido, así como el posicionamiento en mercados, la creación de marcas de calidad, denominación de origen, etc.

Tras la ponencia se cerró el acto con el recuerdo de Loli Fenor, responsable conjunta del curso, a las instituciones (Sede Universitaria, Cátedra Arzobispo Loaces, Concejalía de Educación, IES Hermanos Amorós, etc.) que han apoyado el ciclo de charlas, así como las empresas (CAM, Glem Gasóleos y Atlántica Ibérica) que han colaborado con su celebración. Anunciaba Fenor la satisfacción de los organizadores, al tiempo que lanzaba la posibilidad de continuación de esta serie de charlas que durante doce semanas ha interesado a un buen número de villenenses deseosos de conocer mucho más sobre su ciudad.

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