No al trasvase
Hay en Villena una minoría silenciosa que preferimos opinar "a bonico" y preguntarnos "sotovocce". Sólo lo hacemos con aquellos que nos entienden, nuestros compinches, esos que pensamos que no nos delatarán. Somos los que tienen más preguntas que respuestas.
Hay otro grupo muy diferente, que no contrario. Habla y, muchas veces, chilla. Gesticula y opina en los foros, los virtuales y los otros. Unos y otros no nos hablamos. Nosotros porque no queremos alzar la voz y ellos porque no quieren oír. Bien, hoy me dedico a hablar más claro y más alto.
Pienso que aquel que achaca al Ministerio de Medio Ambiente una inquina absoluta, una única voluntad de “joder la marrana”, sólo puede hacerlo desde el partidismo ya sea político o corporativista. El que además le echa las culpas a ERC, es que tiene voluntad de darle importancia a un grupo que en
El sentido común, ese que tenemos todos, incluida Cristina Narbona, nos indica que un político no va a jugarse para el resto de los tiempos la presencia de su partido en las instituciones valencianas y que uno de sus objetivos es hacer las cosas bien hechas. Maquiavelo decía que en política el buen príncipe tenía que serlo por el honor y el prestigio propio, no por el amor de sus súbditos. Pues bien, Narbona está empeñada en ser la mejor ministra de Medio Ambiente que ha tenido este país. Y por ese camino va. No digo que lo esté haciendo realmente bien, pero sí que es la mejor hasta el momento. Incomparablemente mejor que los inexistentes y negligentes trabajos de Isabel Tocino y Jaume Matas.
Desgraciadamente hasta ahora los únicos que se habían tomado en serio la política del agua habían sido los ministros de Fomento y los dueños de Iberdrola. Primero fue Borrell y luego los sucesivos ministerios del PP: ambos redactaron Planes Hidrológicos y los dos se basaron casi exclusivamente en los trasvases. Estos planes coincidían en que más agua es mejor y eso no es verdad. No es verdad porque más no es mejor, suficiente es mejor.
Ojo, suficiente para beber, regar y prosperar, incluido construir. En definitiva, más agua de la que tenemos ahora y por eso mismo tendremos que aprender a gastarla bien, puesto que empieza a ser escasa y cara. Por eso debemos saber para qué la vamos a gastar, algo que en Villena lo tenemos muy claro: para reponer nuestros acuíferos. Pero en la costa el objetivo es otro.
El pasado 10 de septiembre entre los cerca de 40.000 manifestantes había muchos villeneros pidiendo agua para los acuíferos, pero también pancartas con mensajes muy distintos. Eran lemas tan claros como “agua de calidad para el turismo” o “Benidorm sin agua del trasvase, turistas sin agua para ducharse”. A mi no me parecen del todo mal esas demandas, pero sí desconocedoras de la complejidad del problema.
Lo que no había aquella tarde era un gran número de ciudadanos de la capital. Entre otras cosas, porque estoy seguro que la inmensa mayoría desconoce de dónde proviene el agua que mana cuando abren el grifo y probablemente aquella manifestación les pareciera sólo de agricultores y jornaleros. Sin embargo el agua que beben proviene de un trasvase casi centenario, ese que realiza Villena al valle del Vinalopó y el Alacantí.
Mejor dicho, el que realizan los dueños de los pozos de Villena a los dueños de tierras y conducciones del Vinalopó y el Alacantí. Porque se dice y repite que somos solidarios, pero que yo sepa ningún organismo público, ningún foro elegido por el conjunto de los ciudadanos, ha decidido continuar siendo solidario o no. Las comunidades de regantes son entidades privadas, con presencia pública pero sin control popular, y por ello la solidaridad en determinados casos también es negocio.
Seamos claros, hay una medida muy sencilla para asegurarse que el Ministerio no engañará sobre los tiempos, calidades y volúmenes de las aguas que vendrán a Villena: que se cierre el grifo, que el agua no salga de los esquilmados acuíferos del Alto Vinalopó. Así el día que no brote agua de los grifos de Alicante verás como la insostenible solución encuentra su cauce. Verás como son 300.000 los alicantinos que se manifiestan en esta ocasión. Veríamos como las cosas se clarificarían, conoceríamos rápidamente si es suficientemente buena el agua del Azud y si garantiza mayores caudales que en Cortes.
Y todo esto teniendo muy claro algo que se nos olvida pronto: a Villena no le falta agua. Los datos de Pedro Menor son tajantes: de Villena se sacan 122,53 Hm3 y en Villena se quedan 31,5 Hm3. Fueran se marchan 91,03 y, de esos, ninguno volverá.
También debemos recordar que los regantes del Júcar y
Mientras que no se tecnifiquen los regadíos valencianos, se clarifique un plan de desalación y se disminuya considerablemente el trasvase desde nuestro acuíferos, el agua del Júcar, ya sea de Cortes de Pallás o del Azud de
Por eso y hasta que algún representante de los regantes del Alto Vinalopó no ofrezca los detalles claros de que hay un plan de cierre de pozos en Villena, pensaré que debemos parar la sangría diaria, el trasvase, que se produce entre Villena y Alicante.
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