Hace dos semanas visitó Villena el autobús de
la Conselleria de Sanitat que pregonaba la
"Campanya de prevenció contra el consum de drogues", la intención, como siempre, buena, los resultados, algo difusos.
Hace años que en los centros educativos se imparten talleres y jornadas sobre las drogas y sus efectos.
En mi opinión son bastante efectivos en cuanto a brindar
información sobre los
efectos de los estupefacientes, de hecho gracias a ellas se han reducido las prácticas de riesgo.
Pero si bien el consumo de drogas como la
heroína o las
anfetaminas están en franco retroceso también es cierto que el de
cocaína sigue incrementándose. Probablemente se debe al "aura" que sigue a esta droga: se considera que es una droga
estimulantemente recreativa, la elegida por los ricos y divertidos, gente dinámica que desea animarse durante un rato. Evidentemente la adicción y los daños irreparables para la salud física y mental se esconden en esa reflexión.
La coca es común en
discotecas y fines de semana, justo donde no se encuentran reclamos y avisos como el de esta campaña.
Por otro lado este tipo de iniciativas son taxativas, propugnan la
abstinencia absoluta frente a las drogas ilegales.
Su discurso es, por tanto,
incoherente en cuanto que no centran también su atención en el
alcohol y el
tabaco, y
nada efectivas una vez traspasada la raya del consumo inicial.
El de la prevención y la negación de cualquier posibilidad de consumo es el discurso y práctica reinante, no es extraño que consiga el
patrocinio de numerosas empresas.
Fíjense en la imagen y verán la retahíla de constructoras que se publicitan en el autobús:
OHL, Ferrovial, Pavasal, Sedesa, Cyes, FCC y Dragados.
Por cierto, la relación entre empresas privadas y el patrocinio de iniciativa públicas daría para otro artículo.
En este acabamos lanzando una opinión: son mucho más
efectivas y valientes las iniciativas de organizaciones como
Energy Control o la campaña
"+ Fiesta - Drogas" de
la Concejalía de Bienestar Social y
la UPC de Villena puesto que abordan el consumo de estupefacientes como una realidad social, estudiando el contexto en el que se da, e informando sobre todo lo importante, no sólo efectos y peligros, si no también sobre las posibilidades de evolución e incluso sobre el consumo responsable.
Alguien tenía que dar el paso.
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