No importa de donde vengamos, si del sur o del norte, eso si, estamos de acuerdo, ahora estamos todos de acuerdo: hemos ganado. No importa si eres del PSC o de CiU, de Esquerra o Iniciativa, del PP o de Ciutadans: todos tenemos motivos para celebrarlo.
Siguiendo la misma tradición de cualquier proceso electoral todos los partidos se han declarado satisfechos con los resultados. El truco es sencillo: fijarse en el aspecto más positivo para cada formación y obviar todos los demás. Pero más nos vale recordar que lo importante para una formación que se presenta a las elecciones con un programa es ejercer el poder, por mucho que se suba o baje en número de representantes… así que tratemos de averiguar quien puede cantar más alto y alegre.
1. CiU parece que gana, pero seguramente acabará como gran perdedora.
A pesar de la sonrisa profidén de Artur Mas lo cierto es que CiU se encuentra de nuevo muy cerca de ganar las elecciones y perder el Govern. Convergencia i Unió no ha alcanzado el reto que se había marcado: ganar por mayoría las elecciones, volviendo así a gozar de aquellos gobiernos monocolor que duraron veinte años bajo Pujol. CiU no ha podido evitar que matemáticamente sea posible una reedición del tripartito y, curiosamente, los nacionalistas se ven obligados a negociar de nuevo con Zapatero en Madrid… ¡saltándose a los socialistas catalanes!. Eso teniendo también en cuenta que si Mas fracasa en su segundo intento de acceder al Governse abre la crisis sobre su liderazgo y el futuro de su partido.
2. El PSC pierde las elecciones y gana el Govern.
El PSC se ha metido un guarrazo minino: ha perdido cinco escaños y 4,3 puntos, sólo había tenido peores resultados en 1980 y 1995. Además buena parte del cinturón rojo se ha quedado en casa: la participación general ha sido del 56,7% pero en Sant Adrià no llegó al 44%, en Santa Coloma 46%, Badalona 48%, Terrassa 51% y L’Hospitalet 55%. En la propia Cornellá, de donde fue alcalde Montilla, apenas supera la media general, sólo ha votado el 57% del censo. Datos demoledores que pueden pasar pronto al olvido en caso de que Montilla sea el sucesor de Maragall al frente de la Generalitat.
3. Gana Esquerra Republicana.
Baja dos escaños, ¿y qué?. ERC ha llegado a casa después del largo periplo por el desierto: ya no es una formación marginal puesto que goza de una base electoral consolidada que en este caso le ha valido 21 diputados aún a pesar de los múltiples errores de los acólitos de Carod-Rovira. Pero lo realmente importante es que sólo la Sociovergencia, el improbable pacto entre CiU y PSC, le dejaría fuera del próximo gobierno catalán.
4. También gana ICV y Ciutadans de Catalunya.
Iniciativa per Catalunya-Verds ha demostrado ser el partido más serio del tripartit y ha recibido el justo premio de aumentar en tres escaños, siendo así la única formación de izquierdas que mejora resultados. Los 12 escaños ecosocialistas conforman el segundo mejor resultado de su historia, sólo superados por los 25 del PSUC en 1980, en un contexto histórico que nada tiene que ver con el actual.
Ciutadans de Catalunya ha arañado 90.000 votos entre los defraudados del catalanismo del PSC, la moderación del PP catalán y los que han decidido apoyar un partido antisistema. Hay que ver qué juego dan a sus tres diputados, pero ciertamente se le augura escaso futuro a una formación sin base social ni organización.
5. El PP queda instalado en la irrelevancia en Cataluña.
Decíamos que todos tienen algo que celebrar. No es cierto, al menos en el caso de PP catalán. El PP de Piqué ni sube ni formará gobierno: es políticamente irrelevante. Además la extrema derecha mediática jaleará el discurso moderado del popular, así que lo razonable es pensar que en las próximas elecciones Josep Piqué no encabezará las listas: demasiadas ofertas jugosas de la empresa privada ha rechazo el antiguo ministro de Aznar.
Hasta aquí el análisis de los resultados catalanes. La gran incógnita ahora es saber quien será el próximo president. Dedicarse a los pronósticos siempre tiene riesgos, pero de vez en cuando hay que hacer apuestas. La mía es que caminamos hacia el Tripartito 2.0. Veamos las distintas posibilidades:
Sociovergencia: CiU + PSC
Por ahora los que desean un gran acuerdo CiU + PSC son los partidarios de Mas, obviamente, y el PSOE. Digo PSOE y no PSC. Zapatero desea un acuerdo estable con CiU, de manera que en el Congreso de los Diputados también se traslade el pacto y pueda terminar una legislatura mucho más tranquila. Incluso no sería extraño que un ministro del gobierno central perteneciese a la formación catalana. Pero en el PSC no manda Moncloa: ZP le puede pedir a Montilla que deje el Gobierno para ser candidato, pero no le puede exigir que renuncie a ser president en caso de que exista la posibilidad de reeditar el Tripartito.
Govern catalanista: CiU + ERC
Cuando ERC pactó en 2003 con los socialistas, y no con CiU, lo hizo por la sencilla razón de que su objetivo prioritario era partir el espinazo electoral de sus competidores nacionalistas. No lo consiguió, sobre todo por las meteduras de pata de Carod-Rovira, pero ahora tiene una segunda oportunidad para lograr un objetivo que sigue siendo fundamental para los republicanos. No se puede olvidar que ERC aspira a ser algún día el partido nacionalista hegemónico en Cataluña, lo que pasa por generar la crisis más grave posible en CiU. Y para un partido que ha gobernado durante dos décadas, no hay crisis mayor que estar en la oposición.
Tripartito de izquierdas: PSC + ERC + ICV
Todo este viaje, con tantas alforjas para llegar aquí. Para mí no está mal. El tripartit merece una segunda oportunidad, entre otras razones porque entiendo que no se cometerán los mismos errores. El PSC necesita reconquistar ese voto popular que siempre había gozado en las ciudades de inmigración andaluza y castellana, algo a priori más sencillo con un charnegopresident. ERC no puede elevar su discurso soberanista más allá de lo que ha hecho hasta ahora y lo que le toca es seguir la senda de ICV en lo referido a gestión de gobierno: más política de izquierdas, de fuerte contenido social y menos proclama nacionalista. Esperemos que ahora sí sea el momento.
En definitiva, les resumo mis apuestas en la quiniela: habrá tripartit, presidirá Montilla, Piqué no será candidato en las próximas y Mas casi que tampoco. Ah, y todo esto también pensado en los paralelismos con la política villenera. como
03 noviembre 2006
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