29 noviembre 2006

Café-Teatro: ¿Y si preparamos un menú más actual?

La cafetería de la Casa de Cultura volvió a acoger una velada de café-teatro. En esta nueva ocasión el grupo Polichinela llenó todas las localidades disponibles congregando a familiares y amigos para degustar un menú tradicional y de gusto conocido.

La del sábado por la noche fue una nueva ocasión para lanzar ilusiones y pasar un buen rato, algo que actores y público compartieron. La dirección de Juan Vicente Solera planteó una representación familiar llena de guiños cariñosos a los presentes.

Mantuvo toda la gala un joven presentador, Sergio Domene, que presentó con desparpajo cada uno de los platos. El primero correspondió a un actor bastante más veterano, Rafael Valdés, que se preparó convenientemente una intervención de un señor, Primitivo, al que le toca la primitiva. Chascarrillos, gracietas y una jota maña acompañaron un sketch que los presentes rieron en numerosas ocasiones.

Lo mismo sucedió con el primer plato principal, el “Aprendiz de papá” interpretado por Sara Carrasco y Alfonso Gandía, una historia de progenitores primerizos en los que, como cabía esperar, el peor parado suele ser el muñeco que asemeja criatura. Equívocos y la consabida incapacidad del género masculino para ocuparse de un crío. Vamos, lo mismo que hace lustros, quizás por eso el sábado era también el Día por la Erradicación de la Violencia de Género.

Eso sí, el acabose llegó con “Floro el Florista”, interpretado por José Ramón Morales. Efectivamente, lo hizo muy bien. Le salió tremenda la loca con pluma, la reina florista: labios pintados, mano tonta, andares sinuosos, femenino en primera persona,… lo de siempre. Reírse del mariquita, como parecía que ya sólo tenían valor de hacerlo Arévalo y Pajares.

Como ven, una auténtica vuelta al vodevil castizo, eso sí, intercalando el humor cándido, casi blanco, de las presentaciones, con barbaridades contra el discurso correcto, al que visto lo del sábado noche yo me vuelvo a apuntar, que no está todo hecho.

Después de hora y media de espectáculo tuve que irme, así que de castigo me quedé sin postre, preparado por Virtu Valdés y Juan Vicente Solera, y ya no digamos el Café y la Copa, que corrieron a cargo de Mariam Férriz, Juan Beltrán, Javi Valdés y Raúl Pont. Lo que me cuentan es que las risas fueron todavía mayores que en el menú principal. Estoy seguro.

Así que reiteramos los valores supremos de estas veladas: foguear ilusiones y comenzar el rodaje en tablas, pero desde luego parece incongruente preparar representaciones con gracietas marchitas y esperar que asista un público que vaya más allá del compañerismo o la familiaridad.

27 noviembre 2006

Lilith: Machismo bíblico

Lilith habla de una mujer que, a pesar de su inteligencia y sus firmes y consecuentes criterios, sucumbe a una relación tormentosa marcada por el maltrato y la falta de libertad individual. Eva Zapico, el viernes en la Casa de Cultura, logó establecer un acertado paralelismo entre las mujeres de siglos vividos.

Según consta en la literatura hebrea, Lilith fue la primera esposa de Adán: estaba hecha con polvo y arcilla, igual que él. Era hermosa y libre. Pero Adán y Lilith nunca hallaron armonía juntos puesto que cuando él deseaba tener relaciones sexuales Lilith no aceptada la sumisión: “¿Por qué he de acostarme debajo de ti? —preguntaba—: yo también fui hecha con polvo, y por lo tanto soy tu igual”. Adán trató de obligarla pero ella abandonó al primer hombre.

Cuando una persona lee detenidamente la Biblia y comprueba el trato que en ella se da a la figura femenina, en especial en el Antiguo Testamento, es difícil que no le invada una sensación profunda de angustia y extrañeza. No es agradable comprobar cómo la mujer bíblica es reducida, en el mejor de los casos, a elemento meramente funcional al servicio de la procreación y cómo toda cosa que tenga que ver con la fisiología femenina se convierte en algo impuro, abyecto y pecaminoso.

La obra

Eva Zapico, directora de la obra, y Antonio de Paco, autor del texto, realizan en su “Lilith” un recorrido que parte de la inferioridad moral otorgada a la mujer tras el pecado original de Eva, continuando por los siglos de castigos y crueldad por su condición de seres incompletos e inferiores, llegando al momento actual. Para ello se valen del uso que las religiones hacen del miedo para controlar la voluntad del ciudadano, Lilith trata de un tema especialmente inquietante: el poder de la manipulación emocional y cultural.

La obra indaga en la figura femenina y su evolución, y cómo, pese a la apariencia de tener el terreno ganado en materia de igualdad, el maltrato y la falta de respeto entre los sexos siguen vivos. Aún a pesar de tantos años de lucha feminista, Lilith viene a decir que no hay tanto que celebrar y para ello se recurre a figuras inevitables como Simone de Beauvoir o Sylvia Plath, y a otros personajes interesantes como la cantante de blues Bessie Smith que con su voz inicia y culmina la obra.

Lilith, a través de los paralelismos entre la Biblia y la realidad, habla de una mujer que a pesar de su inteligencia y de sus firmes y consecuentes criterios, sucumbe a una relación tormentosa marcada por el maltrato psicológico, la falta de libertad individual y la pérdida de control sobre su vida y sus ideas. Una poderosa conclusión todavía no aprendida, a pesar de lo llovido.

La puesta en escena

La obra, pues, presenta un tema contundente, sin duda, y por momentos lo desarrolla con fuerza -especialmente en la coreografía y la plasticidad del trabajo con los actores-, pero el excesivo juego con la estructura entrecorta demasiado el discurso y finalmente el conjunto queda algo disperso y desdibujado, no se sabe bien si por el texto o por la dirección que se ha hecho de él, que en el apartado de puesta en escena y dirección de actores sí que resulta muy acertada.

Así la fuerza visual de las escenas bíblicas, basadas en la estética religiosa renacentista y acompañadas de música electrónica, se hace con toda la atención de la historia, de manera que la infradesarrollada narración de Verónica de Andrés (que hemos podido ver en diversas comedias de Albena Teatre) no logra hilvanar los episodios, quedando así en auténticos clips musicales, aunque al abajofirmante le parezca una buena idea que, por ejemplo, funciona perfectamente en el “Réquiem por un sueño” de Aranofsky.

Conviene por ello señalar que esta Lilith es un derroche de teatro físico, donde José Luis Cano, Sandra Gómez, Merce Tienda y Pau Blanco, están muy bien, al igual que la acertada escenografía, que nos indica de igual manera el respaldo económico de Teatres de la Generalitat Valenciana y el acierto de la Casa de Cultura a la hora de programar esta obra en la víspera del Día Internacional por la Erradicación de la Violencia de Género.

24 noviembre 2006

Cruasanes en el nombre del cerdo

A leer se ha dicho. Comenzamos esta semana a recomendar literatura, que falta hace y nos atrevemos con todo. En esta primera ocasión nos decantamos por eso que algunos llaman “comedia inteligente” y que, en definitiva, son perfectos ejercicios literarios destinados al gozo del lector.

La semana pasada nos reunimos unos cuantos, bastantes, en el sótano de la Casa de Cultura a filosofar (entiéndase el verbo en el sentido villenero, que lo tiene) sobre cultura y otras yerbas. Lo hacíamos tomando como base ese libro que ya hemos cacareado demasiadas veces: “Rebelarse vende” de los canadienses Heather y Potter. Andrés Leal, iconoclasta el muchacho, desaconsejó su lectura. Yo, diletante de estos temas, les recomiendo la compra y lectura, que no está la cosa como para desdeñar escritos que abran el apetito… y si no se lo quieren comprar, pídanselo al bueno de Andrés.

Vuelvo de nuevo al tema del libro porque hemos convenido el director de este medio y el abajo firmante que no haríamos mal recomendando alguna lectura para el fin de semana, algún relato o publicación varia que nos aleje de este mundo surcado de trasvases, centros de ocio y actos festeros… o incluso que nos acerque a estos temas con más conocimiento y sosiego, que va haciendo falta.

Así que asumimos el reto y aceptamos sugerencias, con dos pretendidas premisas: los libros que recomendamos habrán sido leídos por los proponentes o, al menos, tendremos tanta gana de hincarle el diente que (si nos fiamos de otros productos del mismo cocinero) justifiquemos así no esperar a degustarlo. Esto último viene motivado por el bendito mundo editorial de este país, que imposibilita que les recomendemos sin fecha de caducidad cualquier cosa publicada, digamos, que hace un par de años. Veinticuatro meses son suficientes para que cualquier agregado de folios pase de escaparate de la Fnac a la librería de viejo, así que trataremos de juntar ambas cosas: lo leído con lo que es posible leer. Esta semana comenzamos con tres libros, pero que al final quedan en uno. No se asusten.

Tres en uno

Hace un lustro dos novelas se batieron el cobre en las listas de ventas: “Soldados de Salamina”, de Javier Cercas, y “Lo mejor que le puede pasar a un cruasán”, escrito por Pablo Tusset. Aunque las dos han terminado en la gran pantalla, lo cierto es que Cercas se llevó el gato al agua. Aquella historia a caballo entre la guerra civil y el momento actual, entre la leyenda y la vivencia real, totalmente cruzada por personajes fronterizos, fue el merecido best-seller del año. Cierto que a mi no me llevó tan lejos como a otros, pero ya saben ustedes que si se trata de historia a mi lo que me pone es el libro académico.

Algo menos de repercusión tuvo “Lo mejor que le puede pasar a un cruasán”, pero aquella faja en la que el tristemente desaparecido Manuel Vázquez Montalbán lo recomendaba elogiosamente, hacía presumir lo que luego se hace realidad: el libro de Tusset es una de esas comedias desternillantes que hacen época. A lo largo de las páginas sucede una peripecia rotunda, un encadenamiento de sucesos perfectamente hilados por la lógica literaria, personajes algo caricaturescos pero verosímiles, situaciones guasonas y, para que no faltase de nada, una agudeza tronchante. Gozo ininterrumpido de cabo a rabo.

“Lo mejor…” es la verdadera recomendación de esta semana, cierto que ya tiene cinco años, pero se ha editado en distintos formatos y sigue siendo asequible conseguirla en tamaño bolsillo: busquen en uno de esos expositores rotatorios o en la Biblioteca Pública, que no es cosa sólo de niños, como a veces parece. La otra recomendación, la actual, es el segundo relato de Pablo Tusset “En el nombre del cerdo”, una intriga que pretende aprovechar los recursos y el tirón del cruasán. Eso sí, sin llegar a conseguirlo del todo.

A primera vista, “En el nombre del cerdo” es una novela policíaca. Como mandan los cánones del género, el libro comienza con un cadáver. En las instalaciones del matadero industrial de cerdos Uni-Pork, en San Juan del Horlá, aparece el cuerpo despedazado de una mujer de unos 65 años entre cuyos labios se encuentra una nota con la leyenda "en el nombre del cerdo". Hasta allí se dirigen el comisario principal Pujol, que está a punto de jubilarse, desde una ciudad que no se menciona pero se parece, y mucho, a Barcelona. Comienzan las pesquisas para descubrir al asesino.

El nuevo libro no ha entusiasmado a la crítica ni a los seguidores que esperaban una reedición del primer acierto, pero de nuevo se puede apreciar que Tusset sabe aliñar perfectamente un relato con su personalísima agudeza verbal, capaz de hacer cantar el idioma con la intención de hacernos pasar un buen rato y que, si Pablo sigue así, podrá generar una estética que hará escuela en años venideros. Estén atentos… y de paso díganme si les ha gustado.

20 noviembre 2006

Rebelarse vendió

El sótano de la Casa de Cultura acogió el sábado la primera charla del ciclo organizado por Jóvenes Verdes, Universitarios Progresistas y la Universidad de Alicante. Unas 70 personas siguieron las intervenciones de Pito Karcoma, Javi Chispes y Andrés Leal.

Parece necesario señalar que el redactor del presente artículo es también organizador de la charla, así que pongan en tela de juicio la objetividad del mismo. No obstante, lo cierto es que el lugar reservado para la tertulia se mostró finalmente mucho más acogedor de lo pensado en principio. Los responsables de la Casa de Cultura lograron preparar en el vestíbulo del sótano un ambiente acertado para una charla animada y el posterior turno de palabras.

El boca a boca, en particular el de los intervientes, los anuncios en prensa y, queremos creer, el interés de la charla lograron congregar a cerca de setenta personas que siguieron las intervenciones de tres ponentes conocedores del mundo cultural y artístico de nuestra zona. Tomando como base el ensayo de Joseph Heath y Andrew Potter “Rebelarse Vende”, el cantautor Pito Karcoma, el músico villenense Javi Chispes y el columnista y “teatrero” Andrés Leal fueron replicando los principales argumentos del libro, fijándose especialmente en el significado de contracultura y su repercusión actual.

Pito Karcoma fijó su atención en la necesidad de diferenciar entre obra y artista, entre la esencia de lo creado y la pose pública del autor, incidiendo así en la necesidad de valorar la actitud vital de un creador cultural, circunstancia que, a su juicio, sobrevivirá a los vaivenes del mercado y su posible éxito popular. Javi Chispes se decantó por la definición de los conceptos, buscando los significados precisos de cultura y contracultura, tratando además de ofrecer su experiencia personal en el mundo musical alternativo. Por su parte Andrés Leal abogó por sentencias más contundentes, tratando de distinguir entre arte y cultura, desterrando así el término de contracultura como concepto englobador de la cultura minoritaria.

El turno de palabras se alargó durante prácticamente una hora, sucediéndose las preguntas y reflexiones. En particular se incidió en la relación entre poderes públicos y el apoyo a la cultura o el distanciamiento de muchos artistas respecto al mundo político. Comentado y rebatido fue también el recorte de prensa en el que Fito Cabrales, componente de “Fito y los Fitipaldis”, sentenciaba que “cuando alguien coge una guitarra toma el camino contrario a la política”.

La charla del sábado inicia un ciclo mensual –que se completa con la proyección de la película “¿Quién se cargó el coche eléctrico?” en diciembre y la ponencia de Toni Puig sobre la Casa Joven el 12 de enero–, de charlas y debates fuera de conmemoraciones específicas. De esta manera se tratan de desarrollar temas recurrentes en muchas tertulias, pero que quizás abordadas con ponentes conocedores del tema y pretensiones más ambiciosas nos acerquen a conclusiones válidas, objetivo que en la del pasado sábado al menos se alcanzó de forma parcial. Gracias a todos.


Nota: Descargando el archivo adjunto podrán escuchar la grabación de las intervenciones de los ponentes. Igualmente si quieren ponerse en contacto con los organizadores de las charlas pueden hacerlo en los correos villena@jovenesverdes.org y up@ua.es

13 noviembre 2006

La cabra: Una provocación inteligente

Follarse una cabra no es algo nuevo, aunque siempre se haya vinculado a la soledad y aislamiento de pastores y hombres rurales. Lo realmente trasgresor pasa por detonar el tabú del bestialismo en el núcleo de una familia bienpensante y bien posicionada, situada precisamente en el límite de la tolerancia que Edgard Albee trata de reventar con su magnífico texto.

Martin, el protagonista de la obra representada el sábado en el Teatro Chapí, no se beneficia a una cabra: realmente la ama, desea estar con ella y su primer encuentro lo describe como una “epifanía o revelación” que dio lugar al amor que "inevitablemente conduce al sexo". Pero no nos detengamos demasiado en ello: el amor caprino es un recurso de Albee para crear la expectación y resonancia necesarias para aquello que realmente quiere cuestionar: la estructura familiar y el modelo de sociedad que ésta fomenta. Todo ello pulsando desde el humor las fibras más sensibles de nuestros prejuicios y sentimientos. Eso sí, no se equivoquen: “La Cabra” es una tragedia absoluta.

Tragedia

Albee desarrolla exquisitamente en tres actos una tragedia tan insalvable como las que urdían los griegos, esas en las que no hay vuelta atrás, esa que ilustra el comportamiento humano a través del lenguaje y sus sutilezas. Los juegos de palabras y las situaciones intelectualmente ingeniosas conforman el vínculo que ha unido a Martin y a su mujer Stevie durante más de 20 años. El humor y la fina ironía han sido la base de su estable relación y desde esta complicidad que les une y con la que nos obsequian en el primer acto afrontan los dos no ya lo inesperado, sino lo irremediable por inexplicable. Martin, un arquitecto de prestigio, un tipo culto y puntilloso con el uso de las palabras, no logra hacerse comprender. Stevie, tan culta como él, no puede digerir lo que está pasando. Junto a ellos, otros dos personajes de apoyo sustentan la trama: Ross, amigo de la infancia -seguramente envidioso de la buena fortuna de Martin- sirve para destapar el pastel, y Billy, el hijo adolescente cuya condición homosexual nos orienta sobre la tolerancia de sus padres.

Josep Maria Pou es Martin y es también el autor de la versión, el director del montaje y su coproductor. Puede que sean demasiadas teclas todas las que toca para dar con el grito claro y punzante de Albee, pero lo cierto es que hay una gran interpretación de conjunto y la atinada dirección de Pou se apreció especialmente en la representación de Mercè Arànega (Stevie), quizás el papel más histriónico y variado, puesto que se trata de una mujer estable, sensible e inteligente y, a la vez, de la esposa que se siente traicionada como enamorada y compañera. Con esos requisitos ciertamente se advierte la dificultad de defender unos personajes que navegan desde la estabilidad a la bestialidad, lo que les hace, en ocasiones, caer en la sobreactuación.

Los límites de la tolerancia

Albee, en el estreno de su obra hace sólo tres años, se descolgó con esta coquetería: “Finalmente –dijo- he escrito la obra que me expulsará del teatro americano”. Era como proclamar que, a sus ochenta años, sigue en pie de guerra y que esta es su más avanzada travesura. Ciertamente la obra del sábado más que entretener o emocionar, consigue conmocionar al espectador, tambaleando vilmente, a través del humor, sus convicciones y límites.

El publico se imbuye así en la finalidad última de Albee: explorar los límites de la tolerancia, utilizando para ello el forzamiento máximo de una relación amorosa: ¿qué pasa en una pareja si uno de los dos comete una barbaridad extrema?, ¿qué capacidad de tolerancia tiene el otro?. En definitiva, como dijo Pou, se trata de averiguar si es cierto eso de que el amor lo perdona todo.

03 noviembre 2006

Visca el Tripartit

No importa de donde vengamos, si del sur o del norte, eso si, estamos de acuerdo, ahora estamos todos de acuerdo: hemos ganado. No importa si eres del PSC o de CiU, de Esquerra o Iniciativa, del PP o de Ciutadans: todos tenemos motivos para celebrarlo.

Siguiendo la misma tradición de cualquier proceso electoral todos los partidos se han declarado satisfechos con los resultados. El truco es sencillo: fijarse en el aspecto más positivo para cada formación y obviar todos los demás. Pero más nos vale recordar que lo importante para una formación que se presenta a las elecciones con un programa es ejercer el poder, por mucho que se suba o baje en número de representantes… así que tratemos de averiguar quien puede cantar más alto y alegre.

1. CiU parece que gana, pero seguramente acabará como gran perdedora.

A pesar de la sonrisa profidén de Artur Mas lo cierto es que CiU se encuentra de nuevo muy cerca de ganar las elecciones y perder el Govern. Convergencia i Unió no ha alcanzado el reto que se había marcado: ganar por mayoría las elecciones, volviendo así a gozar de aquellos gobiernos monocolor que duraron veinte años bajo Pujol. CiU no ha podido evitar que matemáticamente sea posible una reedición del tripartito y, curiosamente, los nacionalistas se ven obligados a negociar de nuevo con Zapatero en Madrid… ¡saltándose a los socialistas catalanes!. Eso teniendo también en cuenta que si Mas fracasa en su segundo intento de acceder al Governse abre la crisis sobre su liderazgo y el futuro de su partido.

2. El PSC pierde las elecciones y gana el Govern.

El PSC se ha metido un guarrazo minino: ha perdido cinco escaños y 4,3 puntos, sólo había tenido peores resultados en 1980 y 1995. Además buena parte del cinturón rojo se ha quedado en casa: la participación general ha sido del 56,7% pero en Sant Adrià no llegó al 44%, en Santa Coloma 46%, Badalona 48%, Terrassa 51% y L’Hospitalet 55%. En la propia Cornellá, de donde fue alcalde Montilla, apenas supera la media general, sólo ha votado el 57% del censo. Datos demoledores que pueden pasar pronto al olvido en caso de que Montilla sea el sucesor de Maragall al frente de la Generalitat.

3. Gana Esquerra Republicana.

Baja dos escaños, ¿y qué?. ERC ha llegado a casa después del largo periplo por el desierto: ya no es una formación marginal puesto que goza de una base electoral consolidada que en este caso le ha valido 21 diputados aún a pesar de los múltiples errores de los acólitos de Carod-Rovira. Pero lo realmente importante es que sólo la Sociovergencia, el improbable pacto entre CiU y PSC, le dejaría fuera del próximo gobierno catalán.

4. También gana ICV y Ciutadans de Catalunya.

Iniciativa per Catalunya-Verds ha demostrado ser el partido más serio del tripartit y ha recibido el justo premio de aumentar en tres escaños, siendo así la única formación de izquierdas que mejora resultados. Los 12 escaños ecosocialistas conforman el segundo mejor resultado de su historia, sólo superados por los 25 del PSUC en 1980, en un contexto histórico que nada tiene que ver con el actual.

Ciutadans de Catalunya ha arañado 90.000 votos entre los defraudados del catalanismo del PSC, la moderación del PP catalán y los que han decidido apoyar un partido antisistema. Hay que ver qué juego dan a sus tres diputados, pero ciertamente se le augura escaso futuro a una formación sin base social ni organización.

5. El PP queda instalado en la irrelevancia en Cataluña.

Decíamos que todos tienen algo que celebrar. No es cierto, al menos en el caso de PP catalán. El PP de Piqué ni sube ni formará gobierno: es políticamente irrelevante. Además la extrema derecha mediática jaleará el discurso moderado del popular, así que lo razonable es pensar que en las próximas elecciones Josep Piqué no encabezará las listas: demasiadas ofertas jugosas de la empresa privada ha rechazo el antiguo ministro de Aznar.

Hasta aquí el análisis de los resultados catalanes. La gran incógnita ahora es saber quien será el próximo president. Dedicarse a los pronósticos siempre tiene riesgos, pero de vez en cuando hay que hacer apuestas. La mía es que caminamos hacia el Tripartito 2.0. Veamos las distintas posibilidades:


Sociovergencia: CiU + PSC

Por ahora los que desean un gran acuerdo CiU + PSC son los partidarios de Mas, obviamente, y el PSOE. Digo PSOE y no PSC. Zapatero desea un acuerdo estable con CiU, de manera que en el Congreso de los Diputados también se traslade el pacto y pueda terminar una legislatura mucho más tranquila. Incluso no sería extraño que un ministro del gobierno central perteneciese a la formación catalana. Pero en el PSC no manda Moncloa: ZP le puede pedir a Montilla que deje el Gobierno para ser candidato, pero no le puede exigir que renuncie a ser president en caso de que exista la posibilidad de reeditar el Tripartito.

Govern catalanista: CiU + ERC

Cuando ERC pactó en 2003 con los socialistas, y no con CiU, lo hizo por la sencilla razón de que su objetivo prioritario era partir el espinazo electoral de sus competidores nacionalistas. No lo consiguió, sobre todo por las meteduras de pata de Carod-Rovira, pero ahora tiene una segunda oportunidad para lograr un objetivo que sigue siendo fundamental para los republicanos. No se puede olvidar que ERC aspira a ser algún día el partido nacionalista hegemónico en Cataluña, lo que pasa por generar la crisis más grave posible en CiU. Y para un partido que ha gobernado durante dos décadas, no hay crisis mayor que estar en la oposición.

Tripartito de izquierdas: PSC + ERC + ICV

Todo este viaje, con tantas alforjas para llegar aquí. Para mí no está mal. El tripartit merece una segunda oportunidad, entre otras razones porque entiendo que no se cometerán los mismos errores. El PSC necesita reconquistar ese voto popular que siempre había gozado en las ciudades de inmigración andaluza y castellana, algo a priori más sencillo con un charnegopresident. ERC no puede elevar su discurso soberanista más allá de lo que ha hecho hasta ahora y lo que le toca es seguir la senda de ICV en lo referido a gestión de gobierno: más política de izquierdas, de fuerte contenido social y menos proclama nacionalista. Esperemos que ahora sí sea el momento.

En definitiva, les resumo mis apuestas en la quiniela: habrá tripartit, presidirá Montilla, Piqué no será candidato en las próximas y Mas casi que tampoco. Ah, y todo esto también pensado en los paralelismos con la política villenera.
como

02 noviembre 2006

Rabiosa diversión que colgó el "no hay billetes"

Lleno hasta la bandera, el Teatro Chapí recibió la puesta en escena de una de las obras más populares y cómicas del maestro villenense. El público se lo pasó en grande, aún pesar de que el libreto haya perdido con el tiempo buena parte de su hilaridad.

Aunque la Zarzuela suele denominarse como “género chico”, en supuesta comparación con la Ópera, lo cierto es que ese calificativo designa a las zarzuelas de un solo acto frente a las de tres o más que, ciertamente, son el “género grande”. La de ayer en el Teatro Chapí, “El rey que rabió”, se dividió en tres actos y ocho cuadros que se alargaron durante dos horas y media en las que el público aguantó de buen grado.

“El rey que rabió” es una opereta cómica estrenada en 1891 y compuesta por nuestro Ruperto Chapí sobre un libreto del zamorano Miguel Ramos y el asturiano Vital Aza. De este modo,además de ofrecer al público un espectáculo que atrajo y gustó, se rindió un nuevo homenaje al compositor de la tierra. El libreto, que narra las andanzas de un apuesto y joven rey que decide salir de palacio en busca de aventuras y encuentra el amor de su vida en una campesina, se sigue con facilidad y conjuga ingredientes sentimentales con final feliz: la boda del monarca saltándose las leyes de la realeza. Todo ello hilvanado gracias a situaciones de equívocos que desencadenan simpáticos enredos y una galería de personajes cómicos que, abocetados en sus diferencias, desencadenan algunos pequeños conflictos.

Opera 2001

La producción de esta zarzuela surgió a raíz del encargo que el teatro Principal de Zamora“Ópera 2001” con motivo de la celebración del IV centenario del Antiguo Corral de Comedias. Tras su estreno en Zamora, «El rey que rabió» ya ha pasado por León, Zaragoza y Gijón, ciudades donde también ha tenido una buena acogida por parte del público. A ello contribuye una puesta en escena sobria pero muy bien presentada y que recoge los elementos fundamentales para que triunfe una obra así: buena calidad musical (buenos intérpretes, suficientes músicos en la orquesta y cantantes en el coro) y elegancia en los trajes y decorados. Por todo ello fueron merecidos los aplausos a la dirección artística de Luís Miguel Lainz y la escénica de Roberta Mattelli, así como la participación de la Orquesta Filarmónica de Pleven (Bulgaria) y, como no, las interpretaciones de Enrique Ferrer (El Rey), Eva del Moral (Rosa) y Enrique del Portal (Jeremías).

En una reciente entrevista todos ellos coincidieron en la alabanza a la música de Chapí en detrimento de los textos. De hecho la compañía ha considerado oportuno hacer una “limpieza en el libreto” ciertamente desfasado tras 115 años desde su estreno. “Quizás el texto es lo más deficiente. Es una historia de cuento de hadas. Puede que falte algún personaje y algo de coherencia teatral” opinó la soprano Eva del Moral en las páginas de “La Nueva España”.

hizo a la compañía Éxito musical y popular

También es cierto que determinados números de la obra resultan familiares para el gran público, destacando entre ellos el divertido “Coro de los Doctores”, así como el terceto “Mi amor, mi bien, mi dueño” o el coro de pajes titulado “¡Compañeros venid!”. El conjunto de la composición, en la que no descolla de manera determinante ningún pasaje, resulta agradable de escuchar por su elegancia y armonía, y es fácil de interpretar pues, como se indica en la documentación adjuntada a los asistentes, la compañía que a finales del XIX encargó esta opereta ya andaba con las cuerdas vocales algo destensadas.

Con todos estos ingredientes la respuesta del público es infalible tanto por su asistencia masiva como por la entusiasta recepción hacia la sencillez de los argumentos, la mezcolanza musical, el lucimiento de grandes voces y la inclusión de elementos populares y pegadizos. Todo ello justifica sobradamente la programación de zarzuela en este y otros recintos, aunque también explica la letanía de un género aparcado en argumentos desfasados y vencido, o más bien reconvertido, por los musicales.


Si te ha gustado “El rey que rabió” también te interesará:

Los sobrinos del Capitán Grant (Teatro de la Zarzuela – Diciembre)
Las bribonas y La Revoltosa (Teatro de la Zarzuela – Junio 2007)

Otras representaciones de “El rey que rabió”:

- Compañía “Opera 2001”: 9 de noviembre. Teatro Circo de Orihuela.
- Teatro de la Zarzuela: 20 de abril a 27 de mayo de 2007. Madrid.