11 agosto 2006

Agua: este pueblo está que arde

Como manda la tradición festera, cada 15 de agosto vuelve mi padre con el “Día 4 que fuera” bajo el brazo (es un decir, porque más bien lo trae en carretilla). Normalmente el tochazo acaba en la mesilla delante de la tele y uno, poco a poco, desfila la mirada por los capitanes, alféreces y madrinas, mayores e infantiles, a ver si se encuentra con alguien conocido.

Este año la cosa se ha enrevesado porque entre tapas de cartón, comparsas, boatos y premios especiales se ha insertado una separata apoquinada por el Ministerio de Medio Ambiente. El folleto publicita las bondades del Plan AGUA y algunos ya han comenzado a rasgarse el traje festero, incluido el ubicuo Agredas como cabo batidor en busca de premio. Se alega que insertar esta publicidad es politizar las Fiestas… y se insinúa que pregonar su contenido es ir en contra de los intereses de Villena.

Vaya por delante que para mí decir que el “Día 4 que fuera” es un boletín neutro y asexuado sería decir que no tiene páginas o están todas en blanco. Y no es así. Si uno quiere ver en sus continuas ediciones ejemplos de anuncios inadecuados o ramalazos políticos sólo tiene que torcer un poco la mirada: el Forum Filatélico se anunciaba en 2004 bajo el lema “Tranquilidad”, el año pasado La Ponderosa ofrecía su “especialidad en carne a la brasa” y hace dos temporadas la portada entera fue obra de Vicente Rodes.

Digo yo que la tarea de la Junta Central no era entonces ni es hoy la de plantear si la fiabilidad de los sellos del Forum es real o si en La Ponderosa siguen ofreciendo el mismo menú del día. Mientras los establecimientos y empresas sean legales la Junta Central no es nadie para negar el espacio o plantear si lo que se dice en un folleto es verdad.

De igual manera que, en virtud a nuestra particular mirada, aquella portada de Rodes o el pregón de María José García Herrero pueden considerarse actos políticos, callar entonces y decir ahora que insertar el folleto es hacer política corresponde a una interesada hipocresía.

Todo esto sin mencionar la concepción que tienen algunos, esos que dicen que no hay que hacer política en las Fiestas, de sus vecinos. Si un folleto, un único folleto, es capaz de hacer cambiar la opinión de aquellos que se manifestaron en Alicante (¡nada menos que un 10 de septiembre!) o han colgado el pendón trasvasista junto al paño de la Patrona, mal se han explicado los argumentos de la parte contraria. Cuantas más evidencias tengamos, en uno u otro sentido, mucho mejor; entre otras razones porque lo que es bueno o malo para Villena lo deciden sus ciudadanos y no una comisión de delegados de comparsas.

Además hay que señalar que las Fiestas son políticas, queramos o no queramos, e incluso algunos querríamos que lo fueran más. Es inútil negar que Juntas, comparsas y escuadras son también viveros de cargos y mandamases (ahí está la historia de alcaldes y alcaldables) y cuando se alega que “no hay que politizar la fiesta” se quiere decir que el ciudadano, el festero de cuota y medio músico, no debe pensar en nada durante las celebraciones: sólo tiene que pasárselo bien y en paz. Digo yo que será mejor que cada uno haga lo que considere mejor: si quiere vivir las Fiestas como una continua borrachera, allá el; si quiere reivindicar el sentido religioso, está en su derecho; y si quiere hacer una crítica política en la Retreta, bienvenida sea, que para eso está ese desfile y por eso está languideciendo: por no hacer política en la Fiesta.

Retirar o tratar de retirar el folleto de marras sí que es hacer política, además de la más intransigente. Insinuar que Arnedo ha dimitido por este asunto es mentir y politizar una cuestión que hunde sus razones en todo aquello que señaló Aureliano hace un año en Villena.net. Negar el derecho a un Ministerio a anunciarse en la publicación más leída de Villena es antidemocrático y comercialmente negligente. Lo es tanto como negar esa posibilidad a la Generalitat, a una Consellería o al propio Ayuntamiento de Villena.

Los ciudadanos, en septiembre festeros y en junio votantes, decidirán a qué hacen caso y mientras tanto yo me alegraré si la Revista Villena o el próximo “Día 4 que fuera” se convierten en golosos acordeones publicitarios que cuadren las cuentas y llenen de argumentos los debates políticos y las charraícas del Paseo.

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