15 diciembre 2006

España en pasta

En estos días de debate sobre la Memoria Histórica merece la pena echar una ojeada a algunas de las novedades editoriales sobre la Historia patria que pueblan las estanterías y escaparates navideños. Tómenlo como sugerencia.

Antes del puente les recomendábamos la edición digital de la revista Tiempo, aquella publicación que ilustraba las mentes y sobaqueras más progresistas de la Transición. Pásense de nuevo por aquel artículo, que también sugería obras de Vázquez Montalbán y Luis Carandell.

España ante sus fantasmas

En esta ocasión nos decantamos por novedades editoriales, en primer lugar “España ante sus fantasmas” de Giles Tremlett, publicado por Siglo XXI. Al igual que hicieran otros curiosos impertinentes como Borrow, Ford, Hemingway o Brenan en los siglos XIX y XX, Giles Tremlett se adentra en el laberinto político, social y cultural de España, un país en constante cambio. El autor emprendió su viaje por el país y por su historia en un momento cargado de significado. La aparición, sesenta años después del fin de la Guerra Civil, de las fosas comunes de las víctimas del franquismo había puesto fin al llamado pacto de olvido.

Observó que los españoles han procurado borrar de su memoria la Guerra Civil y el franquismo. Sin embargo, las fosas comunes eran secretos a voces. La Historia de España es, advirtió, un polvorín de discrepancias y desencuentros. ¿Quién provocó la Guerra Civil? ¿Cuál es el origen del terrorismo vasco? ¿Y el de la rivalidad entre Madrid y Barcelona?

El viaje de Tremlett es también una interpretación de sus propias vivencias con los españoles. ¿Por qué no les gustan las figuras de autoridad y, sin embargo, les intimida la bata blanca de un médico? ¿Cómo pudieron las mujeres asumir el feminismo sin que los hombres se percatasen? ¿Por qué se someten los españoles a operaciones de cirugía estética, donan sus órganos, visitan los prostíbulos y consumen cocaína más que otros europeos? Para hallar respuesta a estos interrogantes el autor recorrerá extrañas y pintorescas carreteras secundarias.

¿Acaso los atentados del 11-M formaban parte de una campaña de los terroristas islamistas por devolver a España a su pasado musulmán? Los fantasmas del pasado están por doquier.Las soledad de la República

Mucho más académica es la segunda sugerencia: “La soledad de la República”, de Ángel Viñas, publicado por la Editorial Crítica. El historiador se ha propuesto construir un retablo de la Guerra Civil en tres tomos que se inicia con este que les presentamos, un volumen en el que, con informes en parte inéditos de los servicios secretos británicos y rusos, recrea los primeros cuatro meses de la contienda.

La soledad de la República desempeña así una función que, quizá sin proponérselo, sobrepasa la simple aportación al conocimiento de uno de los acontecimientos más relevantes del siglo XX: demuestra que el revisionismo que ha prosperado en los últimos años es una variante de la fantasía, por no decir de la manipulación. Como señala la crítica de José María Ridao en “Babelia”, en este volumen, el primero de una anunciada trilogía sobre los sucesos de 1936, Viñas no modifica el consenso general de la historiografía acerca de los hechos y su prelación, sino que los apuntala con fuentes no utilizadas hasta ahora; fuentes cuya eficacia contra el revisionismo deriva de un singular contraste: se trata de noticias de primera mano, de documentos originales, que proceden, sin embargo, de instancias de decisión de segundo o tercer nivel, cuando no de los ejecutores de las directrices políticas adoptadas por los principales protagonistas del conflicto, en España y fuera de España. Dicho en otros términos, Viñas certifica que siguen sin encontrarse pruebas documentales capaces de sustentar las elucubraciones interesadas acerca de la fecha en la que se inicia el conflicto, o del peso del partido comunista y de la Unión Soviética antes de que la rebelión militar se convirtiese en abierta guerra civil.

El hecho de que el relato historiográfico de Viñas adopte como escenario principal, no los frentes de batalla ni el primer plano político, sino los sinuosos corredores administrativos de un bando y de otro, permite contemplar el desarrollo de la guerra desde una perspectiva atractiva y original, que llega, incluso, a introducir el suspense en el curso de una acción panorámica, y un desenlace, que el lector conoce forzosamente de antemano.

Tienen, por tanto, dos estupendas propuestas para las próximas vacaciones de Navidad, aprovechen si pueden.

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