06 octubre 2006

Sharon Stone en la III Semana Intecultural de Villena


Se lo tengo que contar: desde hace tiempo mantengo una turbia relación con la protagonista de “Instinto Básico”. No, no es de ese tipo. La nuestra es una cosa como la que tienen Vds. con Penélope Cruz “la actriz” o con Raúl “el futbolista”.

Seguro, segurísimo, que por ahí han oído decir a alguien, de una manera muy convencida, que la actriz que salía en “Jamón, Jamón” es un patanegra de la interpretación y que el madridista es la definición canónica de lo que viene llamándose “un depredador del área” .

Pues bien, ni Vds. lo han podido ver nunca, ni Youtube lo tiene registrado, así que no existe. Todavía no hay filmada de Penélope Cruz una interpretación aceptable y tratar de rematar de cabeza un balón que sobrevuela el área a 4,5 m. de altura o bien bajar corriendo al centro del campo, ponerse a dos metros del mediocentro, pedirle la pelota y empezar a gesticular porque los demás no se desmarcan, es de todo menos de delantero con cabeza. Mentira, todo lo que cuentan es mentira. O exageración.

Más o menos así me lo tomo cuando oigo hablar de Charito Roca: yo no le veo ni fú ni fá, pero si don Manuel Vázquez Montalbán le declaraba su amor en rendidos artículos es que la señora debe tener algo escondido. No, no hablo del cruce de piernas.

Xavier Sala i Martín, un tipo muy particular, economista liberal como él solo, catedrático de universidad yanki (of course), aguerrido fashion victim y, este verano, presidente por accidente del Barça, también le dedicaba un artículo a la Stone, aunque en este caso sobre lo letal de sus encantos básicos.

Cuenta Sala i Martín que en la reunión de Davos de 2005 intervino el presidente de Tanzania explicando cómo cerca de un millón de niños mueren anualmente de malaria porque no tienen mosquiteras que cuestan cuatro dólares. Sharon Stone, presente entre el público, pide la palabra y afirma estar conmovida. Con lágrimas en los ojos, dona diez mil dólares y pide a la audiencia de multimillonarios que haga lo mismo. Se levantan manos y más manos, se toman los nombres de los benefactores y, al rato, se anuncia que se ha recaudado un millón.

Este año, de nuevo en Davos, el economista se ha interesado sobre la continuación de la historia: muchos de los que alzaron su mano cambiaron de opinión y en realidad se recaudó un cuarto. Para cumplir la promesa, Stone obtuvo de UNICEF los 750.000 dólares restantes. Pero lo cierto es que no se sabe cuantas mosquiteras fueron compradas, cuantas robadas en la aduana y cuantas se están utilizando finalmente. En definitiva, no se sabe cuántas vidas se acabaron salvando.

Como dice Sala, la filantropía de los famosos tiene muchos aspectos positivos, pero este episodio también demuestra, por ejemplo, que cuando se recaudan fondos sólo a fuerza de sensiblería se puede desviar dinero de otras causas tanto o más importantes. También revela que en muchas ocasiones se está más interesado en recaudar dinero que en gastarlo de manera efectiva. La señora Stone confesó haber reaccionado conmovida por un discurso: no investigó las causas y las consecuencias de la malaria, no comparó ése con otros problemas que sufre África, no consultó a los expertos sobre la mejor solución y, más importante todavía, no preguntó a los ciudadanos de Tanzania si eso es lo que querían.

Frente a todo ello se sitúan gentes que sienten el punzante ahogo de la solidaridad no sólo una vez, sino todos los días, y precisamente por eso se esfuerzan en que sus anhelos y la ayuda de los demás sean efectivos y profesionales. Me refiero a todas esas organizaciones que, con años de experiencias, no se ciegan por el instinto básico de ayudar urgentemente al necesitado, sino al arduo trabajo de hacer desaparecer la necesidad.

Existen organizaciones realmente concienciadas de la importancia de economizar esfuerzos y presupuesto, conocedoras de qué asuntos deben ser abordados de manera prioritaria y que están participadas también por aquellos que reciben la ayuda. Muchas de estas organizaciones estarán el próximo domingo 22 de octubre en la pista de atletismo del Polideportivo, juntas formarán de nuevo Humana: Feria de Solidaridad, Cooperación y Salud y a algunos nos satisfará verlas juntas y contribuir a su difusión, incluso recurriendo al famoseo, el futbol y el sexo para captar la atención.

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