
Asombros diarios es lo que promete y consigue "Fogonazos", una web construida con los descubrimientos de Antonio Martínez Ron (aberron), periodista y blogger de 30 años. La web nació a finales de 2003 y, bajo la premisa de asombrar diariamente a sus lectores, ha publicado ya más de 500 historias, pequeñas demostraciones de que la realidad es a veces mucho más interesante, e inverosímil, que la propia ficción.
Elegir alguna es cuestión de criterio, pero siempre una injusticia. Sus secciones incluyen proezas del mundo animal y humano, desde el vuelo de las mantas-raya al uso terapéutico de consoladores y vibradores, pasando por un inventario de enseres espaciales o una panoplia de retratos de delincuentes comunes norteamericanos. Eso sí, los descubrimientos más alucinantes siempre se refieren a la conducta humana: ahí está la entrada sobre el "Método Voronoff", un proceso quirúrgico destinado a devolver el vigor juvenil a avejentados señores. Por cierto, el procedimiento consistía en el trasplante de los testículos de un chimpancé.
Ni que decir que son reveladoras la mayoría de sus entradas, pero en particular a mi me gusta una referida a la relación entre la técnica fotográfica y la pintura impresionista de Degás, Gaugin, Cezanne, Lautrec y Van Gogh. Además de su capacidad para encontrar frecuentes capítulos del mundo insólito, Aberron destaca por saber ofrecer toda la información necesaria y hacerlo en un tono literario épico e intrigante. En definitiva, es una web de buceo en las profundidades de la red, propuesto además en un envoltorio y frecuencia muy atrayentes.
Dos últimas sugerencias sobre esta web subyugante: navegen por su historial de artículos vigilando el reloj, pasaran horas si no son previsores, y por otro lado compartan con mucha otra gente el placer de visitar esas geografías del olvido que pueblan "Fogonazos": aeropuertos fantasma, tanques sumergidos, un Mazinger Z gigante en una urbanización de Tarragona, un piano trasportado a una inaccesible cumbre montañosa, el submundo de Tokio o el autodromo de Sitges.
El hombre que confundió a su mujer con un sombrero
¿Qué libro recomendar esta semana?, pues nada mejor que uno que sorprendió al autor de Fogonazos, que eso son palabras mayores. "El hombre que confundió a su mujer con un sombrero", una extraordinaria revelación, se convirtió inmediatamente en un clásico y consagró a Oliver Sacks como "uno de los grandes escritores clínicos del siglo". En este libro el autor narra veinte historiales médicos de pacientes perdidos en el mundo extraño y aparentemente irremediable de las enfermedades neurológicas. Se trata de casos de individuos aquejados por inauditas aberraciones de la percepción que han perdido la memoria, y con ella, la mayor parte de su pasado, que son incapaces de reconocer a sus familiares o los objetos cotidanos que han sido descartados como retrasados mentales y que, sin embargo, poseen insólitos dones artísticos o científicos.
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