El pasado viernes, ante muchísimos amigos e interesados, se inauguró “Estrategias para liberar algo que se esconde” la nueva exposición del villenense Rafael Hernández. Vicenta Tortosa inauguró la muestra y el pintor Vicente Rodes obró de introductor.
Vaya por delante, como recordó el propio autor, que el personal de la Casa de Cultura ha trabajado de recio para albergar convenientemente esta exposición, aunque también hay que señalar que no se han alargado los límites tanto como en el Club Información. En el espacio alicantino, que albergó previamente esta exposición, fue posible apreciar una muestra todavía más libre de formas y demarcaciones, de manera que la intervención de Hernández no se limitó al lienzo o la escultura, sino que logró extenderse por paredes y techos haciendo del recinto y el contenido una obra continua.
La incontinencia espacial de Hernández da la razón a Vicente Rodes, que sí que pudo participar en la inauguración local, quien calificó a su colega como “austero y serio” en cuanto a sus propósitos artísticos, al tiempo que “fronterizo” en su abordamiento del dibujo y el color, pero también de la figuración y la abstracción. Lo que de mala gana alguien llamaría dispersión Rodes lo considera auténticamente sincero: en la pintura de Hernández “hay riesgo, mucho riesgo”, algo ineludible “si se quiere emocionar y sorprender con honradez”.
Ciertamente el artista se ha decidido a transitar por diferentes caminos sugiriendo al espectador la común posibilidad de llegada. Una gran espiral cinética acapara la pared de bienvenida motivando al paso hacia grandes lienzos de rotunda figuración igualmente impregnada de sentido onírico. Se puede encontrar entre ambas paradojas la unión del grafito, pero después se advierte que se trata únicamente del primer tránsito: a partir de ahí irrumpen los acrílicos puros… y después la escultura… y luego, o siempre, el humor. Y más arriba más cosas y más distintas.
Tratamientos distintos para estímulos dispares que, como adelantábamos, no se conforman ni con espacios ni con técnicas, tampoco con limitaciones cromáticas o estilísticas. Todo junto y todo coherente, eso tan difícil. Completa la estrategia de Rafael Hernández, personal y pretendidamente velada, un producto de aprecio colectivo construido por él mismo y la colaboración de Andre Estevan, Luís Macías y Andrés Leal.
Se suma a la muestra, abierta hasta el próximo 25 de marzo y visitable de 18 a 21 horas, un excelente catálogo sustentado en la obra de Hernández y los textos de Isabel Tejada, comisaria de la exposición, Román de la Calle, Juan Bautista Peiró y Juan Ángel Blasco. Las páginas de la publicación muestran no sólo lo contenido en Villena y Alicante, sino parte de lo creado por Rafael Hernández en otros momentos, de manera que el pintor villenense, afortunadamente también presente en las exposiciones locales más recientes, ha encontrado un nuevo reconocimiento en esta iniciativa participada por el Club Información, el Ayuntamiento de Villena y la Diputación de Alicante.
26 febrero 2007
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