El curso “Pasado y Presente de Villena y su entorno” se interesó en la pasada noche del jueves por uno de los episodios más violentos de nuestra historia: el enfrentamiento entre los municipios de Villena, Ontinyent y Caudete por el territorio de los Alhorines.
Si bien la parte final del conflicto que durante los siglos XIV al XVII enfrentó a localidades vecinas tuvo como protagonistas a las localidades de Villena y Caudete lo cierto es que el largo episodio estuvo motivado por el enfrentamiento entre dos municipios fronterizos: Villena, perteneciente al Reino de Castilla, y Ontinyent, del de Valencia.
Así lo hizo saber Vicent Terol, director del archivo municipal de Ontinyent, que aportando un gran bagaje documental, entre el que destacaba el monográfico que hace más de treinta años confeccionó José María Soler, se adentró en un enfrentamiento de más de trescientos años en el que se desarrollaron episodios de gran violencia y crueldad.
Terol situó el origen del conflicto en el desmembramiento y reparto de los territorios islámicos entre los reinos cristianos, de manera que las zonas situadas a uno lado u otro lado de las fronteras entre Coronas vivirán continuas tensiones de carácter local pero de repercusión mucho más amplia. En el caso del territorio de Los Alhorines, Alforins en valenciano, tendrá importancia la guerra civil de Castilla que enfrentó a los “Dos Pedros” entre 1358 y 1376. En ese momento el término de Caudete es separado del de Villena, de manera que el primero pasará al Reino de Valencia y el de nuestra localidad a Castilla. Eso sí, lo hace de “facto” pero no “de iure”, es decir, la vinculación con Valencia continúa aunque a los efectos legales estemos hablando de municipios pertenecientes a Coronas distintas.
El progresivo incremento de la importancia del señorío de Villena, que alcanzaría el título de realengo en 1476, alimentará los ánimos expansionistas de nuestra ciudad, de manera que los límites jurisdiccionales irán diluyéndose, al tiempo que los vínculos comerciales y ganaderos con Valencia se acrecentarán. Es en este contexto donde tiene importancia el denominado “Derecho de Marca”, permiso jurídico aplicable por un feudo fronterizo al sentirse atacado, potestad que la monarquía castellana, conforme vaya adquiriendo importancia, tratará de limitar y utilizar en exclusiva.
Así en 1482 se iniciará el conflicto entre Villena y Caudete, que se tratará de solucionar con un interim ese mismo año, pero que lejos de apaciguarse vio como Ontinyent se sumaba a la disputa. En este punto debemos señalar que estamos hablando de una sociedad, la medieval, con un fuerte sentido de violencia y simbolismo. Así se irán sucediendo episodios como el acuchillamiento de arados o la tala generalizada en los territorios objetos de litigio. En la escalada de violencia que se produjo se llega a incendiar las masías de Fontanars por parte de Villena, lo que motiva la intervención de los jueces-árbitros reales que realizarán el amojonamiento (delimitación) de los terrenos e, incluso, se llegará a un primer intento de concordia entre Villena y Ontinyent en 1487.
Los episodios violentos de 1489 y 1495
Sin embargo en 1489 rebrotaron los episodios violentos de manera que el Reino de Valencia interviene decididamente tanto militar como jurídicamente. Aún así en 1495 Villena obtiene un éxito parcial al firmar una concordia con la atemorizada Biar, lo que desata las iras de Ontinyent y el gobernador de Xátiva. En ese momento el enfrentamiento es irrefrenable y milicias villenenses atacan el Alhorin de Ontinyent e incendian 25 casa de Fontanars, al tiempo que talan todos los árboles de esta localidad y matan a un natural de Ontinyent y causan diversos heridos.
La respuesta valenciana no tardará en llegar puesto que tropas de Caudete y Ontinyent, junto con efectivos de Albaida, Cocentaina y Onil atacan Villena, causando diversos muertos. Es un momento de tensión extrema en el que también intervienen Murcia y Orihuela. Afortunadamente la labor de los jurados y el gobernador de Valencia facilitaron que en junio de 1495 fuese posible la firma de una tregua temporal de dos años que posteriormente sería prorrogada hasta 1501.
En ese año se produce un nuevo altercado, en este caso relacionado con la muerte de dos bueyes en territorio villenense, de manera que se desata un intercambio epistolar entre Ontinyent y Villena que se salda con el asalto de las milicias de la primera, auxiliadas por tropas de Caudete, Bocairent, Albaida y Oliva (1.500 infantes, 130 jinetes, tiros de artillería,…) que lograrán bombardear nuestra ciudad el 24 de mayo de 1501, causando dos muertes.
Caudete, aldea de Villena
Esa acción encabezada por el gobernador de Xátiva valdrá el conato de intervención de las milicias de Valencia, tras las gestiones de Villena, lo que encaminará la solución hacia una nueva concordia en la que Ontinyent debe ceder finalmente los Alhorines de la Zafra. Se cierra así el enfrentamiento más grave de Villena con una localidad vecina, pero lo cierto es que se sucedieron otros con municipios próximos. Es el caso del litigio con Font de la Figuera en 1518 por los intereses comerciales que derivaban de la ruta entre Almansa, Villena y Ontinyent, caso que se resolvería definitivamente en 1551, o los coletazos del conflicto con Caudete, que se alargarían en sucesivos episodios durante todo el siglo XVI hasta que en 1707 se resolvió de una manera taxativa: el apoyo caudetano a la causa austracista en la Guerra de Sucesión le valió que tras la Batalla de Almansa y el triunfo borbónico Caudete pasase a ser una aldea de Villena, situación que se alargó hasta 1736.
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2 comentarios:
Decir que la frase "la guerra civil de Castilla que enfrentó a los “Dos Pedros” entre 1358 y 1376. En ese momento el término de Caudete es separado del de Villena, de manera que el primero pasará al Reino de Valencia y el de nuestra localidad a Castilla" la considero incorrecta puesto que si bien durante la Guerra de los Dos Pedros Castilla ocupó Caudete y Villena, cuando Caudete regresó al Reino de Valencia no se "separó" de Villena puesto que eran municipios independientes. Caudete sólamente ha pertenecido una vez a Villena y fue a comienzos del siglo XVIII, deshonrosa situación que afortunadamente finalizó con la venerable labor de don Luis Golf y Corredor.
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